Los derivados de la moda

Usaremos este espacio para hablar de moda y sus derivados pero antes nos gustaría dejar claro una posición al respecto, ya que entendemos que la comunicación en la moda como en la publicidad en general esta en crisis de identidad, ya nada es creíble y como también esta ocurriendo en la política hay una suerte de saturación del discurso por una decepción repetida de banales promesas que quedaron inconclusas.

Somos hijos de la publicidad cómplice de mentiras, donde todos sabemos que nos están ridiculizando valores elevados y hasta eternos, ligados al detergente de turno, y no decimos nada, lo aceptamos, lo incorporamos y hasta de a ratos nos creemos que ese detergente nuevo y revolucionario que deja nuestra vajilla mas brillante que la del vecino nos hará ser más dignos, más nobles, mejores padres, hermanos, esposos, hijos o amigos de lo que realmente somos y no es ni más ni menos que un sustituto de lo que no pudimos conseguir auténticamente.

Lo mejor, lo único, los más honesto que podemos hacer por PUGIL es naturalizar esa comunicación.

El problema comenzó hace mucho cuando se mezcló la necesidad con el deseo, el deseo es lo que nos diferencia de los animales pero no lo necesitamos como tal, sino que lo deseamos, o sea deseamos desear y eso no tiene nada de malo mientras seamos conscientes de esto y lo sepamos manejar.

Queremos dejar claro con esto que nadie tiene la necesidad de comprarse ni uno solo de nuestros productos , el vestirse es acaso una necesidad que puede ser cubierta por cualquier supermercado de tu barrio a un bajísimo precio, o incluso por una gran sábana blanca y un cordón resistente que seguro venden en la ferretería de la esquina, pero nosotros haremos todo lo posible para que desees todos y cada uno de nuestros productos al punto de convertirlos una necesidad, en tu necesidad, pero lo que no podremos hacer es que por ir más elegante te admiren más, ni te respeten más ni mucho menos que te quieran más, sólo serás el mismo que entró por la puerta pero más elegante, que no es poco.

Usaremos la identificación para darle un valor simbólico a lo fáctico y que al comprar un pantalón te lleves con él una idea, un recuerdo, una época, un buen momento, y que al usarlo te sientas parte de esa idea y parte de nosotros y eso si es auténtico.